sábado, 11 de abril de 2009

La Primera Guerra Mundial (1914-1918), también conocida como la Gran Guerra debido al profundo impacto que causó, se caracterizó por mostrar cambios en la situación económica, las alianzas políticas, la repartición de territorios, las condiciones sociales y la naciente ideología nacionalista en Europa. Además de haber consolidado una importante carrera armamentista, significó la búsqueda de hegemonía por parte de las naciones, causando así una perdurable rivalidad.

De este modo, se hicieron visibles los intereses independientes, es decir, la necesidad de las naciones de actuar según sus intereses
y obtener tanto protección como ventajas de sus aliados. Fueron consolidadas dos poderosas alianzas:





>TRIPLE ALIANZA: También conocida como los Imperios Centrales, fue conformada por Alemania, el Imperio Austro-Hungaro, Italia y más tarde el Imperio Turco Otomano.

>TRIPLE ENTENTE: La conformaron Gran Bretaña, Rusia y Francia.

Pero, ¿Qué intereses específicos tenían estas naciones? Para responder a esta pregunta se deben tomar en cuenta dos acontecimientos muy importantes, como fueron el surgimiento de la Segunda Revolución Industrial y el Imperialismo, pues dichos sucesos no sólo influyeron en la economía y reparto geográfico mundial, sino en todos los aspectos de una era de cambios (1860 a 1914).

La Segunda Revolución Industrial supuso el desarrollo en diversos sectores y el nacimiento de millonarias potencias industriales, tal como fue el caso de Gran Bretaña. Así, algunas potencias acumularon capital y se vieron en la necesidad de invertirlo y hacerlo producir. Entonces, se dio paso al imperialismo, basado en obtener hegemonía por medio de la conquista de colonias a nivel intercontinental, generando una rivalidad entre potencias no sólo europeas, que se vio en su fase más alta años antes de la 1ra Guerra Mundial.

Pero este afán de tener hegemonía, combinado con la rivalidad y el desenfrenado crecimiento demográfico, fue aumentando a medida que las naciones competían por tener "una parte del pastel", y fue así como se dio nacimiento a la ideología Nacionalista, la misma que vino acompañada de movimientos sociales y políticos que exigían su soberanía y alentaban al patriotismo.


Entonces, poderosas potencias como Gran Bretaña se vieron en riesgo de perder su control comercial e industrial, pues esta doctrina política se vio extendida al rededor de todo el Globo Terráqueo. Pero no sólo fue debido al interés imperialista de naciones como EEUU y Japón que se amenazó a la hegemonía inglesa, sino fue la misma Alemania, que comenzó a proclamarse como una prometedora industria, la que infundió temor en los británicos. Además, con la ola de expansión territorial que se estaba dando y la formación de alianzas con acceso a la mayor parte del continente asiático, se temió lo peor: la posibilidad de que su preciada colonia, la India Británica, sufra la invasión de otra potencia.

Por otro lado, la pérdida de Alsacia y Lorena por parte de Francia en 1870 (tras la guerra franco-prusiana), incrementó su rivalidad con Alemania, quienes se convirtieron en poseedores de estos territorios. Mientras que, Rusia e Inglaterra situaron sus intereses en Persia (actual Irán), e invirtieron en la construcción de ferrocarriles, causando una práctica de actividades a la par, lo que causó una competencia financiera estratégica, que más tarde sería utilizada por los rusos para atemorizar a los británicos con la posibilidad de acceder a la India Británica.

En cuanto a la discutida repartición de África, "resuelta" en la Conferencia de Berlín (1884-85), nada estuvo dicho, pues para 1906, llegaron a Etiopia los franceses, asegurando que la defenderían de los italianos, quienes pretendían apoderarse de este territorio. Este intento fue en vano, pues ese mismo año, no sólo fueron ellos los que pudieron acceder al comercio en esta ruta que conectaba a África con Asia, sino fueron también los mismos franceses y los británicos que vieron en esta zona la posibilidad de incrementar la fluidez de capitales y mercadería.

Sin embargo, las naciones que jugaron un papel crucial en la detonación de la Gran Guerra, fueron aquellas que por su situación interna, sumada a su ubicación geográfica, se mostraron vulnerables. Es el caso de Marruecos, quienes pasaron por dos crisis, la primera en 1904, la misma que duró dos años, culminando con la Conferencia de Algeciras dos años más tarde. Cabe mencionar que esta crisis no fue debido a un malentendido netamente interno, sino, fue una escusa de enfrentamiento entre potencias, pero entonces, ¿por qué llamarla crisis?

Debido a las consecuencias que trajo, pues se dio gracias a que los franceses procuraban influir en este país, y el Káiser Guillermo II de Alemania se opuso a que Marruecos perdiera su independencia. Así, se armó un conflicto intercontinental y Gran Bretaña apoyó los intereses franceses como una estrategia de contraponerse a Alemania, su mayor amenaza. Igualmente, España auspició a Francia, pues también deseaba penetrar y cuidar sus
territorios de los alemanes, aunque en el fondo, lo único que sentía era temor y envidia de aquellos poderosos y vastos imperios. La segunda crisis Marroquí tuvo lugar en 1911, después de que las potencias que acechaban a Marruecos, hubieran llegado a "acuerdos" en la Conferencia de Algeciras, la misma que demostró el poco apoyo que se le daba a Alemania (de trece naciones participantes, sólo Austria- Hungría estaba de acuerdo con el Káiser). En esta segunda crisis, loa alemanes acusaron a Francia de no cumplir con el Acta de Algeciras y terminaron apoderándose de una parte del Congo Francés.




KAISER ALEMÁN GUILLERMO II
En cuanto a los conflictos puramente internos tenemos a la crisis de los Balcanes, aunque no quiere decir que en esta no hayan influido las potencias de aquel entonces, pues, al final, fueron los interese de estas naciones las que en un principio generaron disputas en este territorio.



viernes, 10 de abril de 2009

La Guerra vino después de que se hubieran dado conflictos internos y externos en diferentes territorios de interés para las potencias, es así el caso de los Balcanes (actual zona donde encontramos a: Albania, Bulgaria, Croacia, Grecia, Macedonia, Montenegro, Rumanía (solamente una parte de Dobruya), Serbia, y la región de Estambul, Turquía).

Este codiciado territorio estuvo bajo el mando del Imperio Turco-Otomano, pero debido a la gran diversidad de nacionalidades, religiones y culturas que esta zona albergaba, llegado el año de 1877, este imperio dejo de poseerla. De esta manera, en 1908, pasó a estar anexado directamente con Austria-Hungría, quienes la administraban, en contra de los serbios, los mismos que ya habían sembrado las esperanzas de controlar esta vasta zona. Sin embargo, 6 años después, Serbia tomó venganza, pues el 27 de Junio de 1914, ocurrió un suceso que cambiaría la historia de la humanidad completamente, el más claro detonante de la Gran Guerra, el Incidente de Sarajevo.

En esta fecha, un estudiante serbio perteneciente al grupo nacionalista de la "Mano Negra", asesinó al heredero del trono austriaco, Francisco Fernando y a su esposa. De esta forma, el odio de Austria-Hungría hacia Serbia se vio intensificado y un mes después, llegó la declaración de la guerra por parte de los austro-húngaros.

Era momentos de tención política y étnica, pues las múltiples culturas que se asentaban en la zona Balcánica, debían convivir con sus enemigos y además, defender su territorio.





















Este es el caso de los alemanes, quienes además de vivir con sus aliados los húngaros, debían enfrentarse constantemente a los serbios, sus enemigos.

Fue así como este territorio se vio obligado a experimentar dos guerras, en las mismas que no solo se enfrentarían diferencias culturales y políticas, sino también religiosas, pues además de comprender creyentes ortodoxos y católicos, se encontraba en la frontera occidental de los islamistas. La primera guerra se dio en 1912, en esta se enfrentaron la Gran Liga Balcánica (conformada por Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro que era apoyado por los rusos) contra el Imperio Turco-Otomano.


Para este entonces, las aspiraciones serbias eran muy claras. Su propósito era proclamarse como un gran imperio, la Gran Serbia. Pero, en 1913 sus aspiraciones se vieron frustradas, pues se declararon a los ex territorios turcos como la nueva nación de Albania.

Albania, ahora poseedora de su propia independencia, prefirió mostrarse neutral ante lo que estaba sucediendo. Entonces, no se unió a ninguna alianza y se mantuvo al margen de cualquier conflicto, fuera interno o externo.

Es muy importante explicar porque Rusia apoyaba a Montenegro, es simple, pues además de que los países pertenecientes a la zona de los Balcanes tenían un fácil acceso al territorio ruso, debemos tomar en cuenta que los rusos pertenecían a la Triple Entente, y por esa misma razón, estaba en contra de la Triple Alianza, la misma que estaba conformada por Alemania, Austro-Hungría y los turcos. Así, al patrocinar a Montenegro, estaba mostrando su oposición a Austria y su apoyo al peor enemigo austriaco, Serbia.

jueves, 9 de abril de 2009

Como hemos mencionado anteriormente, el nacionalismo fue la corriente ideológica que reinó en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial. Junto con la Paz Armada, podrían ser mencionados como los antecedentes más representativos de la misma, pues en estos engloban tanto los intereses económicos como políticos que las naciones experimentaron. Pero, para poder entenderlo primero debemos definir qué es el nacionalismo exactamente.

Según la Enciclopedia Wikipedia en su apartado de Wikiquotes se lo de fine como: Doctrina o filosofía política que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos y que propugna como valores el bienestar, la preservación de los rasgos identitarios, la independencia , la gloria y lealtad a la considerada como nación propia. Cobró relevancia a finales del siglo XVIII y alcanzó su apogeo en el siglo XX.

Observamos que se lo denomina de tipo exactamente político, pero al profundizar esta definición, encontramos la palabra valores, la misma que está directamente relacionada con la moral y la ética, las mismas que además de ser adquiridas en base al entorno de un individuo, son definidas por cada ser según su opinión. Así que, vemos que además de haber sido un cambio político, influyó tanto social como ideológicamente.

Es oportuno que analicemos algunos de los nacionalismos previos a la guerra más representativos, así que tomaremos como modelo a cuatro nacionalismos, el francés, el serbio, el alemán y el polaco.

Nacionalismo Francés:
Este se caracterizó por haber mostrado sus derrotas como verdaderas victorias, lo mismo que le proporcionaba confianza a su gente y les daba un aire de superioridad (aunque fuera falsa) que incrementaba su seguridad.


Este es el caso de Alsacia Y Lorena, territorios que perdieron el control de Francia tras la Guerra franco-prusiana en 1870, y pasaron a manos de los alemanes. Después de terminada la Primera Guerra Mundial, Francia volvió a hacerse con estas tierras y así demostró su “poderío”, pero en el entretiempo, los franceses nunca se mostraron negativos ante la pérdida de Alsacia y Lorena.


Nacionalismo Serbio:
Este se vio en su mayor apogeo en la época de la Crisis Balcánica (1912 – 1913), pues el reforzar su confianza y hegemonía en la zona de los Balcanes les aseguraría el apoyo de otras naciones como fueron las pertenecientes a la Gran Liga Balcánica (Grecia, Bulgaria, Montenegro y obviamente Serbia). Además, fue este el causante del incidente de Sarajevo, pues el estudiante que asesinó al heredero del trono austriaco, era integrante del movimiento nacionalista “Mano Negra”. El mismo que al igual que muchas otras entidades secretas nacionalistas, tenía estrecha relación con el paneslavo (“Movimiento que ansía la unión cultural, religiosa y política de los países eslavos de Europa en una sola institución política.” Wikipedia), por lo que, estaban en contra de cualquier actitud imperialista que pudiera violar su independencia.


Debido a las reiteradas acciones en contra de los austriacos, el nacionalismo en Serbia vino acompañado de terrorismo, el mismo que era tomado en cuenta como una medida de moderación política.


Nacionalismo Polaco:
Este no fue utilizado para atraer a otras naciones o para demostrar su hegemonía, este fue patentado para defender su cultura y tradiciones. Dado que desde hace un siglo que tanto Prusia como Rusia y Alemania pretendían invadir Polonia y apoderarse de su territorio, los polacos tomaron al nacionalismo como un mecanismo de defensa de lo suyo. Fue así como mantuvieron su idioma y costumbres.


Nacionalismo Alemán:
Quizá el ingrediente que comenzó con lo que se le conocería como el “Sarampión del siglo XX” (Nacionalismo) fue la superioridad y ambición de poder alemán. Del mismo modo, el suceso que daría paso al nacionalismo en Alemania sería su unificación en 1871. Pero no fue un camino fácil, pues para que Alemania fuera declarada un mismo territorio tuvo que pasar por tres guerras:

>Guerra de los Ducados 1864
>Guerra Austro-Prusiana 1866
>Guerra franco-prusiana 1870: Es cuando se da la unificación de Italia y Alemania. Además, nace el Imperio Alemán bajo el mando de Guillermo I y los alemanes se hacen con los territorios de Alsacia y Lorena.

Sin embargo, debemos tomar como el personaje más influyente en cuanto al nacionalismo alemán al Canciller y héroe nacional, Otto von Bismarck (padre de los sistemas Bismarckianos). Quién además de haber sido el “cerebro” detrás del Káiser Guillermo II, fue quien impulsó el sentimiento nacionalista en Alemania. También, fue el encargado de formar alianzas para así evitar enfrentamientos y comenzó con la Kulturkampf (Guerra cultural) en la misma que se mostró en contra de los católicos y polacos. Pero sin duda lo que lo llevó a su afamada popularidad entre los alemanes fue su apoyo al proletariado, el mismo que bajo su sistema, recibió seguridad social, salud, educación, vacaciones y muchos otros beneficios dignos de cualquier trabajador.





CANCILLER ALEMÁN OTTO VON BISMARCK


miércoles, 8 de abril de 2009

Linea del tiempo que recopila los eventos previos a la Guerra más relevantes:



martes, 7 de abril de 2009

Este profundo análisis acerca de los antecedentes y causas de la Primera Guerra Mundial no tendría ningún sentido si no cumpliéramos nuestro propósito, el mismo que se centra en informar a los cibernautas e incluir nuestro propio criterio, haciendo un juicio crítico y objetivo.

Es así como pretendemos respondernos a una pregunta:
¿Pueden los intereses de unos, convertirse en la pesadilla de otros?
Pues, según lo analizado y descubierto en esta investigación, llegamos a determinar que de hecho sí es posible que los intereses de un cierto grupo se tornen en la desgracia de otros. Un claro ejemplo es cómo los gobiernos, llevados por la ambición de poder político constituyeron alianzas pero en el fondo siempre actuaron según su propia conveniencia, y mediante el nacionalismo generaron odio entre las naciones. Por lo que se creó un ambiente de tención social y religiosa, se llegó a la discriminación cultural y racial y más tarde a lo más temido por los vulnerables, una GUERRA MUNDIAL.


Otra situación en la que podemos ver que existió sufrimiento debido al insaciable sentido de superioridad y la búsqueda de poder, es en el caso de las crisis y guerras (ejemplo: la franco-prusiana) por las que la humanidad tuvo que pasar para satisfacer a sus gobernantes y hacerlos controladores de territorios provechosos.

De ningún modo debemos obviar la genialidad que muchos de estos gobernantes demostraron, como es el caso de Otto Von Bismark, un hombre que además de mostrase como un impresionante estratega, es recordado por ser un profundo pensador.

Independientemente de si la Primera Guerra Mundial debió o no ser combatida, es oportuno mencionar que aunque día a día existan cambios, se necesita de un hecho extraordinario para que estos cambios repercutan en la historia de la humana, es así como este evento quedó escrito no sólo en los libros de Historia, sino en los corazones de todos los que vivieron en los años precedentes y posteriores a la recordada Gran Guerra.

Y aunque queramos defender o atacar el hecho de que aproximadamente 10 millones de personas murieron, 19 millones quedaron heridas y 34 millones terminaron mutiladas en esta guerra, no somos quienes para juzgar, pues además de que no vivimos esos momentos de horror, no pertenecemos a ningún país que haya participado y hacer un juicio de si se justifica o no, sería un acto deshonesto.


Creemos que es momento de cambiar nuestra concepción del poder como lo que debe reinar en nuestras prioridades, para así formar nuestra mentalidad de una forma modernista y humana, más no injusta y egoísta.

Como dijo Otto von Bismarck:
LA POLÍTICA NO ES UNA CIENCIA, ES UN ARTE.


Así que, tomemos en cuenta que el arte no es exacta, sino hermosa y humana, para así, comprender que la política la hacemos nosotros. Debe ser ahora cuando aprendamos a exigir justicia, paz y sobre todo, libertad, que es el pilar de un mundo desarrollado y equilibrado.

Les dejamos un video que esperamos les haga reflexionar acerca de lo que hicieron nuestros antepasados y lo que podemos cambiar ahora y mejorar en el futuro.

lunes, 6 de abril de 2009

La Guerra Relámpago, o Guerra de Movimientos.

Después de haber profundizado acerca de los eventos que provocaron el estallido de la Gran Guerra, es preciso analizar qué es lo que estos antecedentes desencadenaron. Claramente, al tratarse de la Primera Guerra Mundial, lo que seguiría, sólo sería sufrimiento y destrucción, no sólo por parte de la población, sino también, por parte de los soldados y de las naciones en sí.

De este modo, el 3 de agosto de 1914, Alemania declaró la guerra a Francia debido a que los franceses se negaban a permanecer neutrales. Fue allí cuando comenzó la llamada Guerra Relámpago, la misma que no cumplió con su objetivo, pues esta fue todo menos “rápida cual relámpago” dado que no terminaría hasta finales del año de 1918.


También llamada la Guerra de Movimientos, esta se caracterizó por precisamente lo que su nombre indica, esta comprendió la movilización de diversas tropas, tanto pertenecientes a los Aliados, como a los Imperios Centrales. Esta se dividió en dos extensas zonas de combate, ambas fronterizas con Alemania. Al oriente, se estableció el frente oriental, el mismo que contraponía a Rusia con Alemania y con Austria-Hungría. Mientras que al occidente se abrió el frente occidental, el cual enfrentaba a Francia y Gran Bretaña con los germanos.


Esto significó tres cosas, la primera, la creación de un completo panorama de violencia y enemistad, pues Alemania se vio rodeada de enemigos. La segunda, la proclamación de Alemania como el contrincante de las grandes potencias europeas, Rusia, Gran Bretaña y Francia, es decir, la Triple Entente. Pero la tercera, sería la que cambiaría la historia, pues esta comprendería el poner en acción el Plan Schlieffen.



Pero, ¿En qué consistía el Plan Schlieffen? Este movimiento estratégico, ideado en 1905 por el general alemán Alfred Von Schlieffen, consistía en trasladar sus tropas hasta París, ya que al ser la capital de Francia, albergaría el poder político y sería la emisora de órdenes. Planteaba la posibilidad de cumplir con este objetivo, atravesando Holanda y luego Bélgica para invadir a Francia por el Norte.



Sin embargo, al dejar el mando del ejército un año más tarde, Von Schlieffen fue sustituido por Helmuth von Moltke, quien propuso atravesar Bélgica directamente sin entrar en Holanda, teniendo en cuenta que era un país neutral que no se negaría a dejar pasar a las tropas. Así, los soldados eficientes (el 90% de las tropas) avanzarían desde el norte hasta el frente occidental y los restantes llamados “reservas” se dirigirían hacia el frente oriental para combatir con los rusos. Pues sería conveniente derrotar rápidamente a los franceses para después de poco tiempo dirigir tanto a los soldados experimentados como al 10% de “reservas” hacia Rusia y así poder derrotar al extenso pero inexperto ejército ruso.


Al llegar a Bélgica, las tropas germanas fueron sorprendidas ante la resistencia presentada por este país neutral. No obstante, Alemania ignoró la oposición y continuó con su plan inicial. Bélgica, al encontrarse invadida por los alemanes, fue ayudada por los ingleses y sus Fuerzas Expedicionarias. Llevando a que Gran Bretaña declare oficialmente la guerra a Alemania. De este modo, al defender a Bélgica y no permitir el paso de los germanos, previene una posible invasión alemana al territorio inglés, a través de Francia. Además, muestra cualidades dignas de un aliado fiel, el defender, apoyar y pelear por sus partidarios (en este caso evitando el ingreso a Francia). Como resultado, revive la enemistad que siente hacia Alemania después de que esta casi le arrebatara su título de Gran Potencia Económica.


Paradójicamente, aunque el reconocido Plan Schlieffen parecía estar funcionando, los alemanes se vieron en aprietos al llegar a Francia (después de burlar a las tropas inglesas y belgas), pues las tropas francesas ya se habían movilizado para ese entonces, e impulsadas por la rivalidad que sentía hacia Alemania después de los conflictos generados por la posesión de Alsacia y Lorena, se habían dispuesto a defender su territorio a como dé lugar. Fue así como el 6 de Agosto, se dio la Batalla del Marne, la cual enfrentó a las casi victoriosas tropas francesas contra los soldados alemanes, y terminó tres días más tarde con la retirada del país perteneciente a los Imperios Centrales.


Aunque la Batalla del Marne fue combatida en el Frente Occidental (Francia), aquellos que se encontraban en el Frente Oriental, debieron defenderse y atacar. De este modo, los alemanes enviaron sus tropas de reserva a la frontera con alemana con Rusia, pero no tomaron en cuenta con la ya previa movilización rusa hacia su territorio. Esto les causó irritación y alarme, y les dio una escusa más para combatir a los innumerables rusos.


Fue así, como la extensa armada rusa demostró audacia, pero no técnica de combate, pues, aunque contaba con la ventaja de haber invadido Prusia Oriental (actual Alemania), con lo que no contaba fue con los combates que lidiaría en contra de los austro-húngaros en Lemberg.





















Combates en los que obtendría una notoria victoria, posesionándose de la zona de Galitzia, actual Ucrania. Los rusos habían invadido territorio austríaco, lo que para sus habitantes y mandatarios no fue de mucho agrado, y prosiguieron a comunicar la situación de inmediato al poder central de su alianza, Alemania.




















Más tarde, para Agosto de 1914, paradójicamente, Rusia caería ante Alemania en la Batalla de Tannenberg. En la misma, no sólo perdería alrededor de 140’000 soldados, sino que además, dejaría atrás su orgullo y confianza ganada tras la invasión a Galitzia. Inmediatamente, los soldados experimentarían una recaída y el ejército en sí, se debilitaría.


Como consecuencia, Alemania ganaría “respeto y renombre”, en realidad, se ganaría más odio y miedo. Pero, no a la escala que se habría esperado, pues el resultado de su famoso Plan Schlieffen, no les llegaría ni a los tobillos a las tan anheladas ideas de control y hegemonía de las que supuestamente dicho plan les dotaría.

Sin duda alguna, el cotizado Plan Schlieffen había fracasado, dado que los cálculos alemanes de lograr una avanzada rápida y por lo tanto una victoria decisiva, habían fallado. Aunque la Armada Alemana no había sido derrotada en ningún punto del combate, todas sus esperanzas de participar de una guerra corta habían quedado en el olvido.





domingo, 5 de abril de 2009

Guerra de Trincheras

Como consecuencia de la fracasada Guerra Relámpago, las alianzas se vieron en la necesidad no sólo de estar preparados para defenderse del enemigo, sino también de atacarlo. De esta forma, comenzó la Guerra de Posiciones. Llamada de este modo pues ahora en vez de movilizar constantemente a las tropas, la estrategia sería de resguardarlas, es decir, de permanecer en un territorio y establecer un frente de combate fijo. Fue así como surgieron las crudas trincheras.



Según el sitio web The Free Dictionary, se define a las trincheras como
“Zanja excavada en la tierra donde se meten los soldados de un ejército para protegerse de los disparos del enemigo y poder disparar al mismo tiempo desde ella.” Aunque este concepto nos dé la idea de que son una buena estrategia de defensa y ataque, no es así como los soldados las recordaron después de esta guerra.

También llamada la Guerra de Trincheras, esta comenzó en 1915 y permaneció vigente hasta el año siguiente. Se la toma en cuenta como producto de la igualdad de fuerzas que condujo a un estancamiento en los dos frentes: el occidental y el oriental. El estancamiento se produjo cuando el ejército alemán logró entrar a Francia, el comandante Joseph Joffre ordenó a sus tropas atravesar por el bosque de Las Ardenas para tratar de detener el avance.

De este modo, se construyeron trincheras en la frontera de Rusia con Alemania, Austria-Hungría, y Rumania y por el otro lado, en la frontera de Alemania con Suiza y Bélgica. En las mismas donde los soldados deberían combatir, alimentarse, dormir, “asearse” y atacar al enemigo.

Pero no sería tan fácil como parece, pues las condiciones de vida disponibles para los soldados serían deplorables. La insalub
ridad era extrema por lo que encontrar ratas era muy común, además, el medio estaba lleno de excrementos y la propagación de enfermedades era capaz de matar a multitudes. Los pies de los combatientes, húmedos y sucios dentro de las botas de uniforme, estaban propensos a atraer a cualquier clase de bacterias y los piojos se alimentaban de la sangre de los pocos hombres que quedaban. El riesgo de ser bombardeados estaba siempre presente, y cualquier oportunidad de atacar al rival era recibida con los brazos abiertos.




La destrucción de campos y otros territorios no era vista como tal, sino como una consecuencia más de “estar peleando por la propia nación, su orgullo y su nombre". La utilización de nuevos métodos y herramientas bélicas de combate como el gas y el lanzallamas, empleados por los alemanes, demostraron el ingenio presentado a la hora de inventar un arma que liquidase al enemigo. Los bombardeos constantes y el alto riesgo de muerte atemorizaban a quienquiera que participara de esta cruel batalla. Los persistentes colapsos mentales (nerviosos) por parte de los soldados, generados por una moral colectiva que se encontraba en el piso, dejaban atrás cualquier rastro de esperanza, no de llevarse la victoria, sino de acabar con la guerra.


Como si fuera poco, Rusia atravesaba una dramática crisis interna debido al deplorable abastecimiento con que contaba y a los alarmantes números de combatientes muertos, que superaban el millón y medio. Esta crisis, seria la que más tarde llegara a su “clímax” y daría paso a la conocida Revolución Rusa. Contradictoriamente, Rusia había obtenido resultados favorables en la batalla llevada a cabo en Galitzia, pero las cifras de pérdidas no mostraban lo mismo, es más, afirmaban el poder y control militar que Alemania había y habría de seguir empeñando en mostrar.






Trinchera Oriental (rusos)


Precisamente, cuando parecía que no había más remedio que pelear, surgieron la Batalla del Verdún y la de Somme. En estas, murieron millones de soldados, (350.000 franceses, 330.000 alemanes), tanto pertenecientes a las tropas de la Triple Alianza, como a los defensores de la Triple Entente.





Tanto los franceses e ingleses, como los alemanes, sufrieron desmesuradas bajas, no sólo pérdidas humanas, sino, pérdida de la autoestima, de cualquier esperanza, y quizá lo más significativo, la pérdida de la razón por la que luchar. El orgullo no era lo que impulsaba cada día a que los soldados estuviesen dispuestos a arriesgar su vida, sino todo lo contrario, el instinto de sobrevivencia era aquello que les hacía “despertar” (muy pocas veces las horas de sueño eran alcanzadas) cada mañana y no arriesgar, sino defender su propia vida ante los despiadados bombardeos del enemigo.



Cadáveres franceses
















Pero estos bombardeos no serian sólo a nivel terrestre, pues entrado el año de 1916, Gran Bretaña tuvo que soportar una de las batallas navales más salvajes conocidas a nivel marítimo. La Batalla de Jutlandia. Esta batalla, denominada la segunda más devastadora de la historia, tuvo lugar en el Mar del Norte en el medio de Dinamarca y Gran Bretaña, y aunque presentó un fuerte manejo técnico por parte de los británicos, al llevar a la batalla de submarinos, los alemanes mostraron su capacidad tecnológica y estratégica.















Si tratásemos de identificar al vencedor de esta guerra, nos encontraríamos caminando en círculos, pues desde un principio lo único que se llevó la victoria fue el poder y la ambición, lo que más tarde llevaría a la desesperación y el miedo. Ningún bando tuvo en sí una mejor situación que el otro, pues tanto quienes pertenecían a la Triple Alianza, como quienes componían la Triple Entente, sufrieron anímica y físicamente. El cansancio estuvo presente, y el agotamiento moral fue devastador, mientras que el estancamiento que comprendió para el desarrollo de la guerra fue crucial para que las crisis internas de cada nación se vieran intensificadas.